Es importante mencionar que los gatos son menos propensos a tener problemas con la salivación excesiva en comparación de los perros, que la mayor parte del día salivan. En muchos casos, es importante comentar al dueño del gato que no hay nada de lo que deba preocuparse, ya que algunos gatos babean cuando se sienten felices o particularmente nerviosos. De hecho, si el gato babea cuando ronronea, significa que está relajado y contento.
Por otra parte, el babeo excesivo puede ser un signo de que algo anda mal. Si el babeo del gato es súbito o anormal, entonces se debe acudir al médico veterinario para que lo examinen.
Hablar con el dueño de la mascota acerca de que el babeo puede ser consecuencia a un signo de ansiedad o de náuseas.
Las náuseas pueden indicar diversos problemas, desde malestar estomacal pasajero hasta algo más grave, como enfermedad intestinal inflamatoria o cáncer intestinal.
Otra razón que puede ocasionar la salivación de tu paciente es el golpe de calor, principalmente en verano. Esta afección no es tan común en gatos como en otros animales, pero si tu gato ha estado en el sol durante varias horas sin beber agua, podría tener un golpe de calor.
Algunas plantas también pueden causar babeo y enfermedad, y por eso debes revisar si tu gato ha estado comiendo algo que pueda hacerle daño.
Y claro, las enfermedades bucales o las caries son causas comunes del babeo en gatos. La acumulación de sarro puede provocar fricción contra el interior de su boca y hacer que produzca demasiada saliva.
Cuando se presente un caso con alguno de tus pacientes acerca de la salivación excesiva de su mascota, es importante ubicar la razón para informarle al dueño que todo estará bien y enviar el tratamiento, si así lo requiere.